miércoles, diciembre 03, 2008

SENCILLEZ


Es temprano, la luz del sol aun no se ha decidido, y se ha quedado a dormir cinco minutos más conmigo. Esta mañana todo tiene un aire enrarecido, lento, nada va como todos los días. Mi cuerpo no responde al despertador, mis ojos no quieren ver nada, y mis oídos se han aislado del mundo sumiéndome en el silencio del despertar. La mente no puede empezar y el programa “día laboral” no arranca en mi alma. Algo debe fallar, mis sentidos no se conectan a la unidad central.

Mi cuerpo empieza a moverse, pero tan lentamente que mis ojos no se abren, ni aun cuando mis pies cuelgan de la cama. Es raro pero no noto suelo en mis pies, ¿que debe de estar pasando?. Ya lo se. Estoy en el cielo.

No importa nada, porque tengo una sonrisa dibujada en la cara, no se exactamente porque, se me ha quedado dibujada desde hace un tiempo, y me acompaña en mi vida.
Es tiempo para la sencillez, para las pequeñas cosas, para los pequeños disfrutes. Porque no importa nada, tengo un privilegio, despertare en el cielo cada día.

Presiento que va a ser un día especial, como me viene pasando últimamente.
Invertir en sencillez, es estar en la gloria

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